En el año 1987 el grupo cacereño La Cena está Servida publica la segunda de sus grabaciones, Paseo Marítimo, un estimulante muestrario de canciones que ya pertenece a la memoria musical de muchos extremeños.



Eran años en los que Cáceres se convirtió en el centro del mundo, y La Madrila, el barrio del que todos hablaban. Unos porque lo frecuentaban los fines de semana, otros porque habían oído maravillas de sus bares y salas de conciertos. Parking, Filón, Rita, Por Ejemplo, Tubos y Faunos, siempre Faunos.

Las barandillas algo oxidadas que aún permanecen frente al Rita o al que fue el Por Ejemplo, o las que están por encima del que fue el Filón, se poblaban al llegar la madrugada de cientos de jóvenes ávidos de encuentros, furtivos o académicos, hedonistas o militantes, como aquellos que se acercaban a los puertos de ciudades europeas, y por ello muchos llamaban a esas terrazas de barandillas blancas y rojas El Muelle, o los Muelles, o, simplemente, el Paseo Marítimo.

Hoy damos comienzo a estas crónicas. Un breve encuentro con la historia de la música popular hecha en Extremadura. Casi 40 años de pop y de rock hechos en nuestra casa. Y lo hacemos homenajeando a ese barrio que fue mucho más que un puñado de bares abiertos hasta el amanecer. Por eso hemos decidido bautizar estas líneas con el nombre de Crónicas del Paseo Marítimo.

A la espera de que Víctor “Vehemencia” Guillén saque a la luz su gran proyecto sobre el rock extremeño, un trabajo que muchos estamos esperando como el auténtico maná, estas Crónicas del Paseo Marítimo quieren servir de acercamiento histórico a esas formas, apenas contextualizadas, a menudo olvidadas, a esos modos que llamamos cultura popular. Sí, digamos el nombre: Rock and Roll. Rock con todas sus consecuencias y con todas sus ventanas. Pop, Punk, Electrónica, Funk, Metal, Hip Hop, Fusión, New Age, Performance, Heavy y un nutrido etcétera.

Que nadie espere una secuencia cronológica. No es el objetivo. Iremos tomando de aquí y de allá. Retornando al año 1981 al tiempo que nos referiremos a 2008. Nos alimentaremos de los aires punkis del norte verato mientras digerimos las energías eléctricas de la Serena o de Trujillo.

Tomaremos como referencia y como fuente documental nuestro querido proyecto de Cantarrania, la plataforma que a través de la red de redes da a conocer ese archivo emocional al que a menudo nos referiremos, y al que con frecuencia remitiremos al lector, ya que en sus páginas se encuentra (casi) todo el material sonoro y (buena) parte del material visual que da sustento a estas crónicas.

Tomaremos como referencia, también, conceptos e ideas como Memoria, Arqueología, Pioneros, Prehistoria, porque a veces viajaremos en el tiempo a los años difíciles, a la era de los aventureros de la música popular.

Cáceres – Mérida. Noviembre de 2010.