Painted Black

Cuando el viajero sale de noche de Castelo Branco, y toma la Auto Estrada A23 buscando las nieves de Estrela, un túnel le espera encaramado sobre la hermosísima Alpedrinha. Es el túnel de Gardunha. Y a su salida el viajero encuentra, a sus pies, millones de lucecitas, a modo de luciérnagas que inundan de amarillo la noche de Fundâo, el valle que comunica las dos sierras, Gardunha y Estrela, y, al fondo, Covilhâ y Tortosendo.



El espectáculo es estremecedor. El viajero puede pensar que acaba de llegar a un reino desconocido que puebla ese valle inmenso de luces. Lo mejor es apagar la radio del coche y dejar libre la imaginación.

En Tortosendo, en un rincón de esas luces amarillas, a las puertas de Covilhâ, se puso en marcha, a mediados de 2001, un proyecto musical que iba a emocionarnos diez años después.

Painted Black es una idea de Luis Fazendeiro y Daniel Lucas. A quienes acabarán uniéndose Miguel Matos, Bruno Aleixo, António Durâes y Rui Matos.

The Neverlight es, en 2005, su carta de presentación. Un EP auto producido en el que asoman las primeras razones de Painted Black y donde se van fraguando los objetivos y los parámetros que irán definiendo su propuesta. Un camino intermedio entre el metal oscuro y las texturas melódicas.

No pueden negar de dónde vienen. Las brumas de la Serra da Estrela han calado en sus canciones, como la nieve en los huesos, vistiéndolas de ambientes otoñales, pre-románticos, desconsolados.

Entre los años 2006 y 2007 su segundo trabajo, Verbo, les va acercando al gran público metalero. Su presencia en los webzines con un toque dark se hace habitual. En los nortes de Europa, donde la escena Doom Metal acampa a sus anchas, ya hablan de una banda creada allá lejos, en las nieves lusitanas de Estrela y que retrata esos ambientes que tan familiares le resultan a un joven finlandés.

Desde el verano de 2007 hacen segunda casa en Lisboa. Para abrirse al mundo, para ver el mar. Pero la umbría de Covilhâ no les abandona. Y el viento que azota en las cumbres parece resoplar entre las cuerdas de la guitarra de Fazendeiro.

Llegan los reconocimientos. Durante tres años son aclamados como la mejor banda portuguesa sin contrato.
En 2010 estalla por fin la bomba. Cold Comfort se ha grabado en Braga. Nueve trallazos con un sonido apabullante, que te empequeñece ante los auriculares. Deslumbrante a pesar de su oscuridad invernal. Atronador al tiempo que te mece sobre un mar bravío. Optimista mientras canta a la desolación, a la lluvia, a la Vía Dolorosa. Emocionante. Imprescindible.

Painted Black son un auténtico lujo para el panorama musical de los territorios cantarranios. Siguen sin poder negar de dónde vienen. Las nieves de la Serra da Estrela forman parte de su ADN. Invierno. Winter. Orgullo.

P.D. Cuando se están escribiendo estas líneas, Painted Black ha vuelto a casa. A Tortosendo. A celebrar 10 años de conciertos. 10 años de música. Y lo ha hecho con sus amigos del equipo de fútbol local.



Este texto vio por primera vez la luz en la Revista Grada, en su número 50, correspondiente a octubre de 2011.